¿Qué es vivir en condición de asilado en el propio proceso migratorio?. Esta es una de las muchas preguntas que se hace la persona que piensa acogerse a esta condición migratoria.
En la actualidad, hay más de 1.000 millones de personas en movimiento en el mundo, de las cuales 763 millones son migrantes internos y 271.6 millones son migrantes internacionales, lo que equivaldría al quinto país más poblado del mundo. Más de 70,8 millones de personas se ven obligadas a abandonar sus hogares debido a conflictos armados, violencia generalizada o desastres naturales. De estos, casi 26 millones son refugiadas; 41,3 millones son desplazadas internas y 3,5 millones son solicitantes de asilo (ACNUR 2019, OIM 2019).
Uno de los asilos, que son los más reconocidos, son las peticiones de asilo político, pero; ¿Qué es el Asilo?.
El término “asilo” nace del griego “asylos», que significa templo inviolable o sitio donde nadie puede ser molestado. Esto registra que su origen se encuentra en los primeros pueblos nómadas, quienes acogían a los forasteros que huían de su territorio por diversos motivos, y el asilo era un símbolo de hospitalidad.
Desde tiempos remotos, el asilo se usó para proteger a las personas que no querían someterse la rigidez de las leyes de sus pueblos y buscaban zonas seguras donde refugiarse.
Más tarde, Grecia reconoció el asilo como una entidad en sí misma al que asignó dos funciones básicas:
- Asilo territorial, que tenía lugar en las ciudades.
- Asilo religioso, en templos y zonas sagradas.
Y entonces ahora, ¿Qué es la vulnerabilidad?
La palabra vulnerable, se origina del latín vulnus, que significa, «herida», y este se debería entender en su amplio significado, como un aspecto universal, inherente y
permanente a la condición humana. Todos los seres humanos son sujetos vulnerables susceptibles de sufrir daños de todo tipo: físico, moral, psicológico, económico, en el marco de las estructuras institucionales, etc. y por ello, la vulnerabilidad de la condición humana es una realidad evidente y en algunos casos inevitable. No obstante, a cada individuo, la vulnerabilidad afecta de manera específica, ya que esta, se ve vinculada a diferentes factores que cada persona vivencia de diferente forma.
En este sentido, no quiero enfocarme a la vulnerabilidad que se ha vinculado al fomento de la victimización, la precariedad, la dependencia o la enfermedad, no, no, ni de lejos. Ya que de esta debería ser erradicada desde las instituciones y el Estado, para garantizar la igualdad en términos formales, o equidad de las diferencias. Me quiero referir aquí, a la vulnerabilidad socio-política, por la cual muchos/as requieren Asilo, y está directamente vinculadas a personas que presentan precaria situación jurídica, ante una determinada discriminación o invalidación de sus derechos universales a expresarse de manera contraria a las determinaciones de su gobierno de turno. En consecuencia, estas personas, buscan una regulación administrativa y jurídicamente avalada al derecho a permanecer en otro territorio que les acoja mientras se evalúa su solicitud, la cual contribuye significativamente a la seguridad de su integridad como persona y si tiene familia, también ésta.