La corrupción y la cleptocracia dentro de nuestra sociedad civil.

La corrupción es y ha sido uno de los problemas más graves que enfrenta el mundo en la actualidad, y más aún dentro del Estado, el cual más conocido como Cleptocracia. El robo desmedido, el clientelismo y la mala gestión de recursos públicos por parte de algunos gobernantes, así como otros funcionarios públicos y sus aliados en países extranjeros con sus economías industrializadas que traen consecuencias devastadoras dentro de las estructuras sociales, económicas, judiciales y políticas, dando lugar a graves violaciones de los derechos humanos, distorsionando los mercados, deteriorando el medio ambiente, y permitiendo una visión global donde prospera el crimen cada vez más organizado, institucionalizado y naturalizado.

Muchas veces sólo nos enfocamos en factores muy puntuales o escandalosos, donde normalmente la prensa o la denuncia vernacular pone en evidencia hechos puntuales. Pero que hace que estos mecanismos tan antiguos como la humanidad, se mantengan aún más soterrados e incrustados en unas sociedades más que otras. Que rol juega la educación en valores, el sentido de pertenencia a la nación y comunidad de origen, los controles internos de las instituciones gubernamentales, no gubernamentales, mercantiles, judiciales, etc. en este fenómeno.

Para esto, me parece importante considerar algo de raíz. Y es considerar, si realmente todos los miembros de nuestras naciones mayormente colonizadas, hemos podido vivenciar y superar el proceso de descolonización actitudinal y cognitiva, el cual proviene de nuestro origen e historia como naciones independientes.  Creo que es importante, analizar si dentro de nuestras sociedades, los individuos han podido lograr su emancipación, a través del autoconocimiento, la identificación y aceptación dentro de  su propia identidad comunitaria, territorial e histórica.

Con un poco de sentido común creo que lamentablemente, el enquistamiento de conductas personales e institucionales están muy lejanas de ese proceso de descolonización mental, y más aún dejando atrás los elementos diferenciadores de defensa, subsistencia y cohesión con las otras múltiples identidades que comparten una misma comunidad. Por lo contrario como si se hubiera congelado el tiempo, mantenemos aquellas conductas y relaciones de intercambio de economía y poder, como en aquellos tiempos que las gobernaciones eran ocupadas no por talento sino por relaciones de interés, clientelismo o nepotismo, que los reyes de esos tiempos requerían para mantener su control y bienestar. Aquellos tiempos donde el saqueo, el desinterés por la humanidad y el intercambio de bienes mal habidos eran una conducta natural y aceptada.

En este sentido como un “De Javu” parece ser que estos Estados no emancipados, siguen manteniéndose conductas como la cleptocracia y la corrupción basados en una educación mal orientada, una mala memoria y una parsimonia enfermiza dentro del núcleo social. Es así que quizás hemos alimentado y sosteniendo este virus, tan activo y epidémico que crece, por la colaboración de aquellos otros Estados donde las economías industrializadas, entidades bursátiles y algunos mercaderes en el poder gubernamental, necesitan seguir sosteniendo su especulación económica y su posición privilegiada.

En esta repartición de intereses, la sociedad civil de los diversos países aún no emancipados, aún con recursos propios suficientes y en algunos casos excedentes no pueden disfrutarlos, ya que estos sirven para seguir siendo explotando para otros mercados en el exterior. De esta forma la población subsiste inexplicablemente en muchos casos bajo el umbral de la pobreza, en diferentes formas y niveles. Y a pesar de los reclamos ante esta sin razón e injusticia, los pueblos se ven reprimidos, por la falange militar y en muchos casos por la prensa que se vende. Todos estos elementos represores, obedecen muy probablemente a las mafias que muchas veces están ancladas, naturalizadas y se manejan con impunidad dentro de nuestros organismos públicos y privados de nuestros estados “libres e independientes”.

Sin embargo, aún existen esfuerzos para neutralizar estos fenómenos nefastos y destructivos.  Desde organismos como la Corte Penal Internacional y juristas especializados en estos temas, se está considerando buscar medidas apropiadas, para sancionar estas conductas criminales ubicándolos a la altura de los crímenes de lesa humanidad, visto que perjudica las vidas de la sociedad civil y todas sus estructuras, causando en muchos casos muertes de personas que tienen que afrontar las consecuencias de la corrupción dentro de los gobiernos y del estado.  Para hablar de esto y mucho más, estamos con Bärbel Schmidt, Jurista, mediadora y docente en temas de Derecho Penal Internacional y Derecho Internacional Público (Corte Penal Internacional de La Haya), Derecho Europeo (LL.M. en el Colegio de Europa en Brujas), Derechos humanos (Bundestag alemán, CPI, entre muchas de otras especialidades, con quien trataremos el tema de La lucha contra la impunidad de la Cleptocracia en favor de la sociedad civil.

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